Sobre el consentimiento y las agresiones sexuales

Consentimiento y agresiones sexuales
Uno de los puntos más polémicos y difíciles de valorar a la hora de juzgar agresiones sexuales ocurridas sin empleo de violencia es el que tiene que ver con el consentimiento de la persona agredida.

Una serie de creencias y prejuicios a nivel cultural y educacional en el sentido amplio de la palabra conspiran para que en determinadas situaciones una relación íntima se convierta en una violación.

Dichas creencias y conceptos generan culpa, duda y confusión en muchas mujeres que terminan aceptando agresiones y llegando a culparse por lo ocurrido, por otra parte se convierten en argumentos y justificaciones para los agresores que no respetan los límites y la decisión de la mujer.

En este artículo queremos revisar algunas cuestiones que deben que deben ser abordadas en la educación y actividades de prevención sobre todo en la adolescencia para cambiar esas perspectivas y creencias.

Cuestiones que también deben ser abordadas en las campañas de sensibilización y otras actividades que faciliten a víctimas y personas afectadas reconocer sus historias y situaciones traumáticas como punto de partida para una superación de las mismas.

Sobre el significado del consentimiento en las relaciones sexuales.

En primer lugar se debe entender que consentimiento significa un acuerdo entre dos personas, sobre el deseo de tener una relación sexual.

Sin un claro sí por ambas parte no existe consentimiento y la parte que lo desea debe asumir la negativa de la otra.

Que una de las partes no diga claramente que no quiere continuar, no significa que quiera hacerlo.

Si una de las partes está bajo los efectos de la presión, coerción, manipulación, o de drogas y otras sustancias no se puede hablar de consentimiento.

Por otra parte el hecho de que una persona en una ocasión haya querido tener relaciones sexuales con otra no significa que siempre esté dispuesta o consienta relaciones sexuales en otro momento.

También se debe reconocer que incluso en medio de una relación sexual cualquiera de las partes puede querer no proseguir con el acto en un momento determinado y que si la otra parte no respeta esa decisión está incurriendo en una violación.

Por último es importante que se comprenda que porque dos personas estén saliendo y conociéndose esto no significa que estén dispuestas a tener relaciones sexuales.

Estas son solo algunas de las situaciones más frecuentes que generan confusión y bloqueo en adolescentes y mujeres afectando su capacidad de mantener firmemente un no deseo de iniciar o proseguir una relación sexual.

Trabajar en la enseñanza de defensa personal femenina no significa sólo enseñar técnicas físicas para enfrentar las agresiones sino también abordar las creencias y pensamientos que dificultan la puesta de límites y barreras para evitar dichas agresiones.

Implica debatir en grupo y persona por persona cuestiones como las anteriores para ayudar a desarrollar habilidades para la comunicación asertiva, la puesta de límites y el enfrentamiento adecuado de las manipulaciones, presiones y otro tipo de recursos muchas veces utilizados por los agresores antes de llegar a la violencia física.

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